En la literatura se pueden encontrar muchos trabajos en los que se ha estudiado como reducir la excreción de amoníaco, aunque la relación entre amoníaco y olor puede ser cuestionada. La excreción de amoníaco depende en gran medida del contenido de proteína del pienso; un contenido elevado de proteína o de aminoácidos en el pienso tiene un gran impacto en el nitrógeno fecal y urinario, y por tanto en la emisión de amoníaco. Además, un contenido de proteína en exceso determina una mayor cantidad de sustratos que los microorganismos pueden metabolizar a otros compuestos odoríferos. Disminuyendo el contenido de proteína bruta y de aminoácidos se consiguen reducciones en la emisión de amoníaco. Finalmente, no únicamente debe considerarse el contenido de proteína en el pienso, sino también el tipo de proteína administrado, por ejemplo piensos que presentan harina de pescado o de plumas pueden resultar en una mayor emisión de compuestos odoríferos.
Otra medida a tener en cuenta para reducir la emisión de olores es la modificación en el contenido de carbohidratos fermentables, ya que se modifica la excreción de nitrógeno de la orina a las heces. En las heces el nitrógeno se excreta en forma de proteína bacteriana, la cual es menos susceptible a una rápida hidroxilación. Por tanto, la emisión de olor podrá ser reducida. Además y como consecuencia a la mayor fermentación en el intestino grueso, el pH de las heces puede ser menor al presentar el pienso un mayor contenido de carbohidratos fermentables. De esta manera, la emisión de amoníaco también puede verse reducida. Finalmente, la modificación en el patrón de fermentación permite reducir la excreción de compuestos como el escatol o cresoles, reduciendo por tanto la concentración de compuestos potencialmente odoríferos.
La relación entre olor y aditivos del pienso también es referida en la revisión. Los principios para la utilización de estos aditivos se resumen en la modificación de la microbiota en el intestino, la modificación en el pH de la excreta, o bien la capacidad de estos aditivos para ligar a determinados compuestos. A un bajo pH el amoníaco se protona y forma amonio, el cual permanecerá en solución y será menos volátil. Algunas sales de ácidos pueden alterar el pH de la excreta de los animales, y por tanto el pH del purín puede verse modificado. Algunos aditivos que pueden ligar el amoníaco también han sido estudiados con reducciones de la emisión de amoníaco.
Finalmente, también deberán considerarse diferentes estrategias de administración del pienso. Por ejemplo, los autores refieren las diferencias entre una alimentación líquida o seca, y la alimentación por fases; la última presentando unos resultados muy prometedores para obtener una menor emisión de olor.
Le, P.D., Aarnink, A.J.A., Ogink, N.W.M., Becker, P.M., Verstegen, M.W.A. (2005). Nutrition Research Reviews, 18; 3-30